En 1954, Walt Disney compró 1,5 km de terreno en Anaheim, California, con la intención de construir un destino turístico que se convertiría en el primer parque Disneyland. A 30 km de Los Ángeles, las obras demandaron una inversión de alrededor de 17 millones de dólares y se completaron en menos de un año, un tiempo verdaderamente récord. Walt Disney fue un gran soñador y no se conformó con comprar el terreno: involucró en el proyecto a los mejores artistas y diseñadores de la época.